Las desigualdades entre hombres y
mujeres y el impacto que estas tienen en la vida de las personas, ha llevado a
construir una serie de herramientas conceptuales que han permitido hacerlo
visible con un solo propósito, atenderlo y construir los mecanismos que
permitan una nueva forma de relación entre seres humanos.
Género es una construcción que no
significa “mujer”, tampoco alude al “feminismo” se refiere justo a mostrar esas
relaciones desiguales entre mujeres y hombres, mediante un enfoque: el de la
Perspectiva de Género (PEG), es decir lo que muchas hemos escuchado o
mencionado, se trata de “ponernos los lentes de género” y desde ahí mirar con
claridad que “la vida de las mujeres y la de los hombres puede modificarse en
la medida es que no está “naturalmente” determinada y justamente pueda entablar
nuevas formas de relacionarnos.”
Ello nos ha servido para impulsar el
diseño de políticas públicas para prevenir y atender aquellos obstáculos que han
impedido el cabal desarrollo de las mujeres y con ello detenido la garantía y
la protección de sus derechos.
Así, fue iniciado el proceso de construcción.
Una vez que fue evidenciada la problemática, poco a poco se fueron
institucionalizando los programas y atendidos por las instituciones de todos
los niveles de gobierno y por asociaciones de la sociedad civil que han
coadyuvado en la atención de las causas que conlleva esas desigualdades.
Pienso justamente en la instauración
de las estancias infantiles que permiten a las mujeres dejar a sus hijos e
hijas en lugares seguros para su cuidado, atendiendo con ello las observaciones
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tienen que ver con el
empoderamiento económico de las mujeres, para disminuir algunos de los tipos de
violencias en su contra. El Estado no puede atender en su totalidad esta
necesidad, así que ha implementado una serie de acciones que permiten que la
sociedad civil organizada proporcione esta atención, con ello además, amplía
beneficios a otras familias que son contratadas para complementar la atención
en las estancias infantiles.
Pienso también en los refugios para
mujeres, que son lugares a donde llegan mujeres huyendo de una violencia
extrema, golpeadas, heridas, amenazadas, angustiadas, con graves problemas
psicológicos, todas un paso antes de que sean asesinadas. Mujeres que no huyen
solo de su pareja, muchas veces de su padre, de su violador, de quien la
prostituyó. En casi todos los casos llevan consigo a sus hijos e hijas.
Estos refugios fueron creados
justamente por la falta de credibilidad en las instituciones, en las que a
veces se les re victimiza y en donde no encuentran las condiciones para que se
les atienda, aquí también organizaciones de la sociedad civil se han encargado
de esta acción de política pública que depende también de recursos federales y
que igualmente crean otros empleos especializados. Como en el caso anterior se maneja que los
recursos ahora se les dará de manera directa ¿Cómo? ¿Van a salir de los
refugios para que las maten?
Ambos casos afectan derechos, de niños
y niñas y de mujeres. Ambos requieren de protección y apoyo profesional, con la
inmediatez que cada caso requiera; y en ambos casos el argumento para retirar
apoyos es la descalificación, la deslegitimación, la desconfianza en todos los
casos poniendo en duda el desempeño, la honorabilidad y honestidad de la sociedad
civil organizada en general, cuando en contraparte las mismas voces ensalzan
los procesos democráticos de participación ciudadana.
De ahí que cabe recordar que las
Organizaciones No Gubernamentales (Ong´s), Organizaciones Sociales u
Organizaciones de la Sociedad Civil -como se conocen- cumplen funciones sociales
y humanitarias, apoyan causas, no tienen fines de lucro y son independientes de
la administración pública, abarcan diferentes formas jurídicas (asociaciones,
fundaciones, cooperativas, etcétera) y no buscan sustituir la acción de los
Estados, sino complementar la labor o coadyuvar con el Estado en aquellas
acciones que se consideran necesarias. En todos los casos están conformadas por
hombres y mujeres que ejercen su ciudadanía en los procesos democráticos y -para
usar el mismo lenguaje- también “son pueblo”.
Estas organizaciones existen en todo
el mundo. Su importancia es reconocida incluso en la Carta de las Naciones
Unidas, artículo 71 que las define como “agrupaciones de
ciudadanos voluntarios, sin ánimo de lucro, que se organizan en un nivel local,
nacional o internacional para abordar cuestiones de bienestar público.”
Bien
ha opinado Rodolfo Franco en su colaboración con Aristegui Noticias, “(…) estas
descalificaciones atentan
contra el derecho a asociarse libremente que igual protege
a sindicatos, partidos políticos, asociaciones civiles y empresas (…)”
Por eso es preocupante no
reconocer, que estas organizaciones son un medio para proteger y garantizar los
fines del Estado mexicano expresados en libertades y derechos universales y que
son parte de la democracia participativa que se predica.
@rgolmedo
Palabra de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.blogspot.com
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